Dieta keto o cetogénica: Bases a tener en cuenta
La dieta keto o cetogénica es un tipo de alimentación donde las grasas predominan como combustible esencial para el cuerpo. A su vez, se reduce el consumo de hidratos de carbono hasta un 5% del total de nutrientes. Cómo saber si es para mí y en qué consiste.
En la dieta keto o cetogénica, las grasas llegan a formar parte del 60% de este tipo de alimentación y lo que se busca puntualmente es lograr una flexibilidad metabólica. Esta consiste en lograr que el cuerpo pueda utilizar como medio de energía los hidratos de carbono, pero a su vez, que cuando deje de tener este sustrato, lo pueda intercambiar sin problema y activar otro tipo de mecanismo llamado beta oxidación. El mismo utiliza las grasas como medio de energía y no implica ningún tipo de alteración, como migrañas, abstinencia de hidratos, náuseas, hipoglucemia descontrolada.
Así, es recomendable para todos. Sin embargo, el dilema actual es que se ha perdido la mencionada flexibilidad metabólica ya que desde que nacemos estamos expuestos a un exceso de hidratos de carbono, a través de fórmulas lácteas con agregado de azúcares, golosinas, tortas, exceso de panificados, harinas refinadas, productos light bajos en grasas, etc.
Por lo tanto, la mayoría de las personas hoy están acostumbradas a solo abastecerse de estos nutrientes como medio principal de energía. Además, hay gran prevalencia de problemas hormonales como el hipotiroidismo, que también generan la pérdida de esta capacidad.
¿Qué alimentos se priorizan en este la dieta keto?
Grasas, por sobre todo, como palta, aceite de oliva, aceite de coco, coco rallado o en escamas, frutos secos como nueces o almendras, grasa animal, yema de huevo, quesos duros. Básicamente todo lo que hasta hace unos años se promovió evitar.
También van junto con proteínas (carnes, clara de huevo, pescados), mucha cantidad de vegetales de todo tipo y color y muy poca fruta (solo arándanos, manzana verde, limon, pomelo).
¿Cuáles se eliminan por completo?
Ultraprocesados, productos bajos en grasas, leche descremada, quesos light, jugos, gaseosas, azúcar, dulces, edulcorantes, panificados, pastas, harinas de cereales, exceso de frutas, cafeína.
Asimismo, se reducen los hidratos provenientedes de legumbres, quinoa, papa, batata y choclo.
¿Cómo puedo implementarla?
Lo más recomendable es no ser extremista desde un comienzo, porque puede suceder que se genere en tu cuerpo un “keto flu” que sucede cuando dejamos de consumir drásticamente los alimentos que se restringen.
El cuerpo no está acostumbrado a esto y no sabe cómo reaccionar. Así puede generarse transpiración, migrañas, vómitos, diarrea, náuseas, insomnio y uno piensa que nunca va a lograr el cambio. No obstante, sí es posible, solo se necesita liberar de a poco, semana a semana, cada alimento que nos genera dependencia y ser constantes.
Es importante recalcar que el proceso es totalmente personal, requiere de fuerza de voluntad e idealmente estar acompañados de un profesional de la salud que sepa del tema, para poder generar un cambio estable y constante.
En consultorio, este tipo de alimentación actualmente se utiliza mucho en personas con cualquier tipo de cáncer, epilepsias, alzheimer o con predisposición al mismo, parkinson, y para colaborar en el rejuvenecimiento celular y mejorar la concentración.
Artículo también publicado en Revista Ocio.